Shrek Tercero

Visualmente el filme mantiene la misma calidad de sus predecesoras, sin embargo enfrenta un gran problema, Shrek ya no es el primitivo ogro que vive en un pantano, se baña en lodo y usa su cerumen como vela para su mesa; no, el ogro se ha domesticado y se ha convertido en el candidato ideal a ocupar un trono. Por desgracia los gags, antes burdos y primitivos, también se han refinado y han perdido mucho de su verde color. Mil veces era preferible un eructo o un gas mal librado que un diálogo sobre las responsabilidades de la paternidad.
El argumento es ya más o menos conocido por muchos: a la muerte del Rey Harold, el padre de Fiona, Shrek es el siguiente en línea sucesoria para ceñirse la corona, situación que no lo hace feliz, por lo que decide ir a buscar a Arturo, primo lejano de Fiona, para que asuma la responsabilidad. En su gesta lo acompañan Burro y el Gato con Botas. Mientras tanto, el "ex-Príncipe" Encantador, lleno de deseos de venganza planeará una conspiración con los villanos de los cuentos para apoderarse del reino y hacer pagar a Shrek y a Fiona por la muerte de su madre y todo lo ocurrido en la segunda parte de la serie.
No podemos decir que Shrek Tercero sea un mal filme, divierte, entretiene, tiene algunos gags ingeniosos y seguramente encantará a los niños, pero definitivamente su guión se acerca más a lo soso y menos a lo cáustico, además del mal aprovechamiento de muchos personajes (los ratones, Pinocho, la Galleta de Jengibre e incluso Burro y el Gato con Botas se quedan a la mitad de lo graciosos que fueron anteriormente).
Pareciera que se extravió la senda original y que la franquicia estuviera perdiendo el brillo que luciera con el otrora monstruo verde rescatando a una encantada y poco convencional princesa de las fauces de una dragona enamorada de un burro.
Se dice que la historia ya tiene planeada una cuarta entrega, además de un musical en Broadway; esperamos que ambos retomen la esencia apestosa y malhumorada del Shrek original.
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